domingo, 12 de enero de 2014

Naíma Acuña, batería de jazz: "Me llevaron a ver a Miles Davis cuando era un bebé"

Es la única instrumentista de jazz que toca la batería en A Coruña 

Ya tenía a los quince años la licenciatura en Jazz Performance por la prestigiosa escuela Guildhall de Londres.

Naíma fotografiada por Eduardo Pérez para La Voz
Se ha criado entre viejos vinilos de jazz, que todavía sigue escuchando. Su nombre remite al tema que John Coltrane le compuso a su mujer, Naíma. La otra Naíma, la nuestra, es la única batería de jazz en muchos kilómetros a la redonda y espera que llegue un día en que eso a nadie le sorprenda. 

—¿Por qué el jazz? 
—Por mi padre [es hija del maestro Jose Antonio Acuña, director de la Escuela Municipal de Música], que me ponía discos y discos de este estilo cuando era pequeña. Siempre cuenta que, cuando no tenía ni un año, me llevó a un concierto de Miles Davis, en Londres. 

—Memorable pero arriesgado. Imagínese que rompe a llorar en plena actuación. 
—Al parecer, estuve con los ojos muy abiertos durante todo el concierto y sin llorar en ningún momento. Ni me moví ni protesté. 

—Así que se ha pasado la vida pegada al jazz. ¿En su casa, en vez de celebraciones familiares, hacen jam sessions? 
—Pues hacemos muchas, sí... [Risas] En una de las últimas, nos pusimos a tocar en el jardín y, cuando nos dimos cuenta, estaban todos los vecinos escuchando y aplaudiendo. 

—¿También le aplauden cuando ensaya? Lo digo porque, a veces, tener de vecino a un músico profesional acaba mal. Léase el caso reciente de la pianista que fue llevada a los tribunales.
—Bueno, yo tengo insonorizada la habitación donde ensayo, pero, aún así, algo se oirá. 

—¿A qué edad empezó a tocar?
—La batería, a los once años. Yo ya tocaba, y toco, el piano, pero un día me propusieron cubrir a un batería y hasta hoy. 

—Es la única batería de jazz que hay por la zona. ¿Por qué tan pocas? 
—No lo sé. Por aquí no conozco a ninguna. Está Lucía Martínez, que es de Vigo y ahora sigue con su carrera en Berlín, pero poco más. Conozco chicas baterías de otros estilos, como el pop o el rock, eso sí. 

—Es raro ver a mujeres triunfando en el jazz. Cantantes sí, empezando por Bilie Holiday, pero ¿instrumentistas? 
—En España es poco habitual, pero empieza a haber más mujeres. Fuera no es raro, hay gente muy consagrada en Boston. 

(Sigue...)



«Subí a tocar en una jam session y se bajaron de golpe los músicos al ver a una chica» Su próximo concierto será el 24 de enero en el Jazz Filloa, con Rafa Fernández Trío. También toca en las formaciones de Roberto Somoza y Alex Salgueiro. «Este año tengo un bolo en Nueva York con un contrabajista de allí». 

—¿Es machista el jazz? 
—Aún queda alguna gente con esa mentalidad. Hay músicos que se sorprenden cuando me ven. A mí me ha pasado de subirme a tocar en una jam session y que se bajen de golpe los músicos del escenario, al ver a una chica. 

—Perdone, pero parece una escena del siglo pasado. 
—Pues me ha ocurrido hace poco y por aquí cerca. Pero este tipo de situaciones van a menos. 

—Nació en Londres en 1988 porque era en esta ciudad donde estudiaba su padre en ese momento. ¿Dónde se formó usted? 
—En la Guildhall School de Londres, igual que él. Me saqué a los 15 años la licenciatura en Jazz Performance. 

—También en el conservatorio está en el fin de carrera de la licenciatura de jazz. ¿Para cuándo su primer disco? 
—Espero que el año que viene. Ahora estoy componiendo. 

—¿Cuánto tiempo le lleva montar su batería? 
—Si lo hago con prisa, unos 15 minutos. ¡Son 6 bultos! 

—Que, de una tacada, ya no puede transportar usted sola. 
—No, hago varios viajes, claro. 

—Y baquetas, ¿cuántas tiene?
 —Veinte pares y todas distintas.