lunes, 24 de marzo de 2014

Carla y Alba López de Figueredo: "No todo es enseñar pierna y echarle morro para desinhibirse"

Entre las múltiples opciones que uno tiene hoy en día para ver algo diferente, las hermanas Carla y Alba López de Figueredo (Santa Cruz, Oleiros, 1985 y 1982) aportan un halo de frescura muy interesante. Lo suyo es distinto a todo lo visto hasta el momento, casi inclasificable, pero cercano a una mezcla entre el cabaré clásico de Liza Minelli, el burlesque de Dita Von Teese, la estética de Betty Page y la música de Tom Waits. El resultado es un cóctel explosivo que está arrasando en los escenarios locales. La próxima cita será el 5 de abril, en la sala Lost, en el barrio de Matogrande. Agárrense que vienen las Inquietas. 


Aquí, la foto que Paco Rodríguez hizo a las Figueredo sisters en el parque de Santa Margarita


—¿Pero por qué están ustedes inquietas, vamos a ver? 
—Carla: Inquietas en calidad de personas, no de mujeres. No somos un colectivo feminista. 
—Alba: Más que inquietas, estamos preocupadas por el futuro. No todo es enseñar piernas y echarle morro para desinhibirse. Hay un trabajo intelectual detrás. 

—¿De dónde les viene el gusto por el «artisteo»?
—Alba: A mi madre se le daba muy bien cantar y bailar. En su familia son casi todos músicos. Y mi padre también canta. 
—Carla: Cuando éramos pequeñas, mis dos hermanas y yo nos sentábamos alrededor de mi madre y ella se ponía a cantar con su guitarra. Nos hacía aprendernos las canciones. 

—Precisamente fue a su madre a quien le dedicaron el espectáculo «Cabaré sin piedad», que obtuvo un lleno en el teatro Colón. ¿Esto es algún tipo de homenaje a ella? 
—Carla: Sí, yo llevo nueve años haciendo cabaré. Al principio, resultaba extraño pero mi madre siempre me apoyó. 
—Alba: A ella le gustaba. Siempre nos decía: «Sed libres», «Haced lo que queráis». Aunque el artisteo siempre nos gustó, la verdad es que nos hemos involucrado mucho más en este mundo desde que ella se murió. «No todo es enseñar piernas y echarle morro para desinhibirse» Mezclan el cabaré de Liza Minelli con el burlesque de Dita Von Teese Las hermanas Carla y Alba López de Figueredo reconocen que les gusta «provocar», aunque con «un trabajo intelectual detrás». 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Nuria Prieto, arquitecta: «Si la naturaleza fuese cómoda, no se habría inventado la arquitectura»

Foto de Paco Rodríguez
¿En qué estará pensando Nuria Prieto (Ponferrada, 1985) mientras posa para el fotógrafo? Pues a lo mejor en que leerá su tesis doctoral dentro de doce días, en su trabajo en el estudio de Carlos Quintáns o en las colaboraciones diarias que realiza para el blog especializado en arquitectura, Tectónica. 

—Para ser tan joven, tiene ya un largo recorrido hecho. 
—Sí, soy una de las arquitectas más jóvenes de España en obtener el título de doctora, y de la Escuela de Arquitectura de A Coruña, también. Fui la segunda de mi promoción. 

—¿Cuántos años le llevó la carrera? ¿Piensa que es posible comprimirla en cuatro años como estipulan los planes europeos? 
—A mí me llevó seis años (cinco más el proyecto), pero con el máster y la tesis, han sido diez, en total. Me parece difícil comprimirla más. 

—La temática de su tesis viene muy a cuento con la coyuntura económica actual. 
—Sí, porque la hice sobre la arquitectura de Jose Miguel de Prada Poole, bajo la dirección de Vicente Sarrablo. Tiene que ver con modelos de arquitectura sostenible y construcciones adaptables de bajo coste, dos conceptos muy factibles ahora que la inversión económica en el sector ya no es tan fuerte.  

—¿Es la primera tesis que se hace sobre Prada Poole?
—Es la primera sobre toda la obra de Prada Poole. Es un personaje singular, pero que ha pasado inadvertido por sus encontronazos con los más academicistas. La arquitectura que él hacía no estaba bien vista: hinchables, ciudades flotantes... 

—Perdón, ¿ciudades flotantes? 
—Sí. Prada Poole defiende que vivir en el agua sería mejor, porque ahí la temperatura oscila menos y el agua climatiza. 

—Pues aquí, últimamente, el agua, más que climatizar, lo que ha hecho es destrozarlo todo a su paso. 
—Es que a la naturaleza no se le puede poner barreras. Oscar Wilde decía algo así como que «si la naturaleza hubiese sido cómoda, el ser humano nunca habría inventado la arquitectura». 

—Ya pero entonces, ¿para qué necesitamos la dichosa sostenibilidad? Ahora no hay venta de piso que se precie sin la ecología como bandera
—Sostenibilidad es volver a la casa del pueblo, cuya madera no está bien ajustada a la piedra y por eso ventila sola. Es como las jaimas, que no dejan entrar al viento, pero sí que el fuego las caliente. Yo reivindico una sostenibilidad sensata, la construcción sin arquitectura, la arquitectura sin arquitecto. 

—Menuda forma de tirar piedras contra su propio tejado. 
—[Risas] Bueno, alguien tiene que firmar las casas, ¿no?

—¿Es reprochable que haya arquitectos que siempre hacen lo mismo sea donde sea? 
—Eso es porque han descubierto una fórmula que les funciona. Es como si hubieran pasado a ser una marca comercial. Afortunadamente, no le pasa a todos. 

—¿Cuál es su edificación favorita en A Coruña? 
—Para mí la Domus, aunque suene a tópico, es de las más interesantes. Pero me quedo con las viviendas de Corrales y Molezún, en el Barrio de las Flores. 

—Dígame una ciudad para vivir que no sea A Coruña. 
—Barcelona, Granada, Londres... 

—¿Y en Galicia? 
—Cambados es precioso. Y me hace gracia Fisterra. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Maica Bouza, Comisiones Obreras: "Los hombres no piensan en si hay que ir al médico con el niño"

Esta fue la fotografía realizada por Paco Rodríguez para La Voz

En casa de la herrera, cuchillo de palo. Maica Bouza Seoane (A Coruña, 1966), economista de Comisiones Obreras, no es ajena a los problemas de conciliación familiar y laboral que siguen padeciendo con mayor intensidad las mujeres a día de hoy. Tampoco en su sindicato hay igual número de jefas que de jefes. «Somos un reflejo de la realidad pero, al menos, en los órganos de dirección del sindicato sí se cumple la proporcionalidad », aduce Maica Bouza. 

—¿Por qué no celebramos también un «Día del hombre trabajador»?
—Porque a los hombres no les hace falta. Ellos están en superigualdad. 

—¿El llamado «techo de cristal» nos lo ponemos nosotras o nos lo pone la sociedad? 
—Clarísimamente, nos lo pone la sociedad. ¿O usted cree que si a una mujer le ofrecen ser jefa, va a decir que no? Nos falta que nos dejen dar el paso. 

—¿Será que en la oficina nos vendemos peor que ellos? 
—Creo que nosotras no somos competitivas por naturaleza. Y tenemos la doble o triple jornada laboral que los hombres no tienen. 

—Pero a estas alturas de la película, ya hay muchos hombres que se implican al cien por ciento. 
—Sí, pero es una minoría. La mayor parte de los hombres no está pensando en si mañana hay que llevar al niño al médico o no. En la actualidad, el grueso de las labores domésticas sigue recayendo en las mujeres. 

—Así, normal que nuestra presencia siga escaseando en los puestos de decisión. 
—Por eso creo que las cuotas son necesarias, hasta que se corrija ese desequilibrio existente. Debe haberlas hasta que se alcance el nivel de igualdad. 

—¿Se nos juzga diferente por ser mujeres? 
—Sí, y es muy injusto. Además, no se nos valoran ciertas cualidades que son imprescindibles en el mercado laboral y que los hombres no tienen: sensibilidad, capacidad de escucha... 

—¿Por qué es tan difícil ver a una mujer entre los cinco primeros puestos de la lista Forbes? Siempre repiten los mismos y son nombres masculinos: Carlos, Amancio, Bill... 
—Es que la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres es un problema a escala global. Por eso el Día de la mujer trabajadora se conmemora a nivel internacional. Piense que en África, por ejemplo, la situación de la mujer es parecida a la nuestra. El hombre se ocupa de los trabajos importantes y la mujer lleva el peso del día a día familiar. 

—¿La crisis fue más crisis para la mujer? 
—Sí, porque sus condiciones laborales ya eran más débiles antes. Para ellas, fue más crisis la crisis y también la reforma laboral. Además, cuanto más se precarizan las condiciones laborales de las mujeres, mayores dificultades tienen para acceder a las prestaciones sociales. Los recortes en dependencia, educación y sanidad las abocan más a la exclusión social.


La responsable de empleo e institucional del sindicato CC.OO. Galicia lleva años dedicada al estudio de la mujer en el mercado laboral

lunes, 3 de marzo de 2014

Carmen Prieto, directora del Arquivo do Reino de Galicia: "Aquí tenemos desde el pleito del hombre lobo hasta el registro de la ITV"

Es la primera vez en la historia del Arquivo que una mujer ocupa la dirección 

Foto de la directora del Archivo del Reino de Galicia. Entrevista. La Voz de Galicia
Fotografía de César Quián para La Voz de Galicia
En las ocho plantas del Arquivo do Reino de Galicia, fundado en A Coruña en 1775, se custodian casi 25 kilómetros de documentos. La directora, Carmen Prieto Ramos (O Barco de Valdeorras, 1963) conduce la visita guiada. 

—Oiga, ¿tienen bien controlado al electricista del Arquivo? 
—[Risas] Nunca he desconfiado de las empresas de mantenimiento que trabajan aquí. De todas formas, en los lugares de acceso restringido siempre están acompañados. 

—Lo digo porque aquí tienen códices y de todo, ¿no? 
—Sí, son 29 depósitos que albergan tanto documentos históricos como información contemporánea: transmisiones y sucesiones, expedientes laborales... Aquí tenemos desde el pleito del hombre lobo —que son siete tomos— hasta los datos de la ITV. 

—Si quiero consultar mi árbol genealógico, ¿este es el lugar? 
—Información genealógica es de lo que tenemos menos, pero hay mucha gente que nos pide esos datos porque quieren recomponer su historia familiar. Pasa mucho con los emigrantes. 

—¿Para solicitar la nacionalidad? 
—Sí, por ejemplo. Nos piden los listados de los pasajeros a América. Lo que pasa es que no están en ningún sitio. 

—¿No se conservan? 
—No. Los hemos buscando has- «»  ta debajo de las piedras. La Autoridad Portuaria no los tiene, ni Aduanas, ni Sanidad Exterior... 

—¿El catastro de los cincuenta es lo que tiene más tirón? 
—Sí. Nos ha obligado a reorientar el servicio de atención al público, porque requiere de un asesoramiento especial. Sepa, además, que hay comunidades de montes que han venido aquí buscando documentación desde el siglo XVI. 

—Madre mía, ¿tan largo se fían los litigios comunales?
—Hay pleitos por montes que se remontan hasta esa época. 

—¿El laboratorio de restauración de documentos es la joya de la corona? 
—Desde luego es el mejor de Galicia. A nivel nacional hay otros. 

—¿Es cierto que aquí los documentos se aspiran, se lavan y se planchan? 
—Sí, y no les pasa nada. Antes de meterlos en agua se prueba que las tintas no se corran. El papel de pasta de trapos dura siglos y las tintas no son solubles. No es como el papel de madera que hay ahora. 

—¿Cómo van de espacio? 
—Ya vamos estando escasos. A pesar de nuestros esfuerzos por ir ganando metros, cada vez nos queda menos espacio libre. 

—¿No tienen miedo de que les acaben llevando al Gaiás? 
—A nosotros jamás se nos planteó algo así. Fue una confusión que no sé de donde salió. En la Ciudad de la Cultura está el Archivo de Galicia, el de la Xunta. Y físicamente no cabríamos allí.