lunes, 8 de julio de 2013

Aída Rado Varela, camionera: "Yo para ser feliz no quiero un camión. Lo que quiero es salud"

Entrevista a Aída Rado, camionera, motera y música
Aída Rado Varela. Foto de César Quián


Aída Rado Varela (Santander, 1968) no quiere un camión para ser feliz. Pero lo tiene. A diario conduce un trailer con grasas o aceites de palma para piensos. Esta santanderina es, en realidad, profesora de música. Cuando llegó a A Coruña, en los años noventa, montó una panadería y luego empezó en la ruta. Al frente de su camión cisterna, se siente bien. ”Nadie quería venir a trabajar a la empresa de mi jefe, porque es de mucha porquería. Llevas grasas, llevas sangre, hueles mal... Pero, ahora, hay lista de espera”. 

_Así que no quiere un camión para ser feliz, como cantaban Loquillo y los trogloditas. 
_Yo para ser feliz no quiero un camión. Lo que quiero es salud. Pero soy enormemente feliz con lo que hago. Y suerte que tengo trabajo. 

_ Aunque lo suyo, en realidad, es la música. 
_Sí, soy profesora de música, tengo la carrera de guitarra y también toco el violonchelo. Acabé cogiendo el camión por circunstancias de la vida. Mi madre tenía una academia de música en Santander, pero quiso volver a su tierra y yo me vine con ella. 

_En la foto que acompaña esta entrevista, echo de menos su guitarra. 
_Es que además de camionera, soy motera, pero lo mío es la música. De joven tocaba en romerías y verbenas y he estado en grupos y en orquestas de pulso y púa en Santander. A lo mejor, con como son los críos ahora, estoy más tranquila con el camión que siendo profesora otra vez. 

_Seguro que sí. Aunque le tiene que gustar conducir. 
_A mí conducir siempre me gustó. No es que sea el trabajo de siglo, pero estoy contenta.

_¿Qué se ve desde la cabina de un camión que los conductores de un coche no ven? 
_¿Os habéis dado cuenta, alguna vez, de que a las mujeres se les ve todo cuando llevan falda? (Risas) Yo no veo nada más que la carretera, pero algunos de mis compañeros se ponen en las botas. La cabina de un camión está muy alta. 

_Ayúdeme a desmontar los tópicos que rodean el mundo del camión. En el número uno está el de la foto de una mujer semidesnuda en el interior. 
_Esas fotos ya no se suelen llevar. O yo no las veo. Pero sí le puedo decir que en todas las fábricas a las que voy siempre está la foto de la chica desnuda. Y yo les digo: “¿Cuándo me vais a poner aquí un calendario de bomberos?”. 


_Tópico número dos. La siesta del camionero: Dormirse apoyado en un brazo tras comer en el bar de carretera. 
_Eso ya no es como antes. El mundo del transporte ha cambiado mucho. Usted habla del típico camionero que se paraba a la hora de la comida con su Faria y su coñac. Ahora no hay nada de eso, no se puede. La propia vida del camionero es estresante, ya no hay ese tiempo. Tiene sus horarios y es gente profesional. 

_Tópico número tres. Las largas jornadas de trabajo. 
_Ah, eso sigue siendo así. Yo ahora libro los fines de semana, pero el horario del camión es puñetero. Son muchas horas. Llego al viernes agotada. 

_Es muy habitual ver camiones en la ruta los fines de semana. 
_Lo mío no es lo normal en una empresa de camiones. Lo habitual es que, o llegues el sábado y sales el lunes de nuevo, o llegues el viernes pero sales el domingo de viaje. Yo ahora voy a las fábricas de pienso de Galicia. Antes anduve por España y también trabajé para Zara en toda Europa. 

_Osea, que empezó con las rutas internacionales, luego España y ahora circula solo por Galicia. 
_Sí, yo lo hice al revés. Empecé haciendo la ruta internacional, luego pasé a la nacional y si me quedo en casa ahora, que es lo que estoy haciendo, pues mejor. Porque al final no te haces millonario, ¿sabe?. 

_Está duro el tema. 
_Sí, sí lo está. A ver, yo trabajo por cuenta ajena pero cuanto mejor le vaya a la empresa para la que trabajo, mejor. Si a mi jefe le va bien, a mí también. El horario del camión es duro. Son muchas horas y no están compensadas en absoluto con el sueldo que te toca. Pero es un trabajo y mira, ya solo con eso hay que alegrarse. 

_Al empresario es al que se le ajustan los márgenes al límite cuando suben la gasolina o los peajes. 
_Se pegan entre todos los camioneros. 

_Se hacen competencia desleal. 
_Lo que no puede ser es que yo te cargo esto por cinco duros y viene el otro y te dice, “No, yo te lo hago por cuatro”. Eso tenía que ser como los taxis, estar regulado con unas tarifas, pero no se acaban de poner de acuerdo. 

_De ahí los últimos sabotajes en Lugo con pinchajes de ruedas incluido.
_Eso pasa porque se quieren quitar el trabajo los unos a los otros. Ahora el trabajo escasea y en el sector hay demasiados camiones. 

_Así que el que tira los precios se lleva la palma. 
_Yo también entiendo al señor que no le da, pero que está moviendo un camión, gastando dinero y encima por debajo de costes. Hay que trabajar para sacar algo a final de mes, por lo menos. ¡Pero si encima estás perdiendo...! 

_¿Cuál es el viaje más largo que ha hecho? 
_A Grecia, aunque éramos dos choferes. Iba con mármol y granito para las tiendas de Zara. Me llevó unos doce días ida y vuelta. 

_Y lo de convivir en una cabina de un camión dos choferes, ¿qué tal es?
_Espantoso. Es convivir con un hombre al que poco conoces. Yo fui la primera chica que entró sola. Había un matrimonio, una mujer y un hombre que iban juntos. Pero sola, yo fui la primera. Cuando lo dejé, creo que había ya tres o cuatro matrimonios. Y aquí ahora ya empieza a haber eh. A lo mejor todavía es un porcentaje mínimo pero ya ves mujeres por ahí. Y solas, sin sus maridos, quiero decir. Por Europa había un montón de mujeres conduciendo. Yo no he tenido problemas, me han aceptado siempre muy bien o también me lo he ganado yo. Me han hecho chistes machistas pero en cuanto me ven maniobrar, se callan. 

_¿Cómo conducimos aquí? 
_Mal. No hay educación al volante. Nadie piensa en los demás, ya. Estamos muy estresados todos. No es que la gente conduzca mal, es que la gente está estresada. Nadie piensa en nadie. A veces se meten delante de un camión y no se dan cuenta de lo que cuesta frenarlo o acelerarlo. Eso deberían de enseñarlo en las autoescuelas. En autovía la gente no sabe que un camión está limitado a 90 km/h. Y aún hay quien se queja, "ay, qué lento va el camión", piensan.

_Ya que le gusta tanto la música, dígame qué escucha cuando va en el camión.
_Sobre todo, música clásica. Generalmente, voy con música tranquila o con la radio. Antes escuchaba las tertulias pero llegó un momento en que ya me daban ansiedad en el corazón y me dije: "Mejor espero a que se pase la crisis y luego vuelvo a escuchar estos debates". De vez en cuando vuelvo a sintonizar, pero veo que siguen igual y me pongo música de nuevo.

_¿Y qué lee?
_Leo bastante. En el camión suelo llevar libros, Ahora estoy detrás de la trilogía esa dichosa. Las 50 sombras de Grey, más que nada porque son tres libros y así tengo libro para rato.