lunes, 24 de junio de 2013

Estíbaliz Veiga, actriz: «De pequeña quería ser Leroy Johnson, de la serie Fama»

talleres de teatro infantiles con Estíbaliz Veiga
Fotografia de Gustavo Rivas

Cuando en España dejó de emitirse la serie Fama, Estíbaliz Veiga (Celeiro de Mariñaos, Lugo, 1979) todavía era una niña, pero se puso tan triste que empezó a llorar. Lloró tanto que decidió recoger una de sus lágrimas en una cucharilla, la envolvió en papel de aluminio y la guardó en un cajón. Una vez se sintió preparada para secar la lágrima y fue a por ella, su abuelo, muy solemne le espetó: «Neniña, el agua se evapora». Fue la primera lección de su vida. 

—¿Era tan fan de la serie? 
—De pequeña me encantaba Fama. Quería ser Leroy Johnson. 

—¡Pero si el personaje de Leroy era chico! 
—Eso me decía mi abuelo. Menos mal que luego me dejaba bailar encima de la mesa de la cocina. 

—¿Es ahí cuando decide ser actriz? 
—A los siete años era muy tímida, pero mi profesor de matemáticas, don Luis, me propuso hacer una obra de teatro. Se trataba de A tía lambida, de Eduardo Blanco Amor. En el escenario me sentí segura y capaz. Y ahora, para mí, el teatro es como un estado de felicidad. 

—¿Qué opina de la invasión de los monologuistas en los teatros? ¿Eso también la hace feliz? 
—Hay sitio para todos. Los actores tenemos que pelear por lo nuestro, pero debemos ser realistas y ver lo que el público demanda. ¿Qué es lo que quiere el público? 

—Ahora mismo, reírse. 
—Reírse o emocionarse o ver un espectáculo de danza que les haga sentirse especiales o enamorarse de nuevo. Si hay teatros vacíos, todos podemos actuar. Hay que fomentar que los chavales vayan al teatro desde niños y potenciarlo como se hace con el deporte. 



—Usted también es una consumada atleta. 
—A mí me parece bien que se cierren los Cantones cuando hay una carrera o que se corte el tráfico en Riazor por un partido de fútbol. Pero hay que darle el mismo empuje a la cultura. Y hacerla más accesible para nuestros hijos, porque eso les dará una base que nunca perderán.

—Pues a mí me da la impresión de que ahora hay más oferta de teatro infantil que nunca. 
—Infantil sí, pero hay una franja de edad, entre los 12 y los 18 años, con poca oferta teatral.  

—¿Puede ser una solución el microteatro? 
—Eso está muy bien como aperitivo, para que luego quieras ver más teatro. 

—¿Y del auge de los musicales qué me dice? Este fin de semana hemos tenido «Grease» en el Palacio de la Ópera de A Coruña. 
—¡Totalmente a favor! Pero si este año he estrenado cuatro musicales dirigidos por mí misma: El mago de Oz, El rey león, Cats y Moulin Rouge. Los dos últimos, en el colegio Calvo Sotelo. Es un género que ayuda a los adolescentes a desbloquearse y olvidarse de los complejos típicos de esa edad, porque hay mucho trabajo de expresión corporal, sobre todo. 

—¿Satisfecha con su oficio? 
—Lo de ser pedagoga teatral me da una cierta estabilidad. Soy profesora en el colegio Andaina, en la escuela Katarsis y trabajo en la Facultad de Psicología, con niños de altas capacidades. 

En vez del clásico campamento urbano, talleres infantiles de teatro. Esa es la propuesta de Estíbaliz Veiga para este verano en el salón Beauty (Alfonso Molina, 3) de A Coruña. 

—El taller va dirigido a un público de entre 4 y 12 años. ¿Cómo lo va a enfocar? 
—Es la primera vez que hago este taller de cuentaemociones junto a Erica González, pero aventuro que será muy divertido. Les enseñaremos a expresar sus emociones y a utilizar la palabra y el diálogo, en vez de pegarse o pelearse. 

—Y todo, con juegos dramáticos. 
—Sí, además haremos danza moderna, cuentacuentos, colorterapia y técnicas de relajación infantiles. 

—Diversos estudios han demostrado que introducir la música en la enseñanza mejora el rendimiento en otras materias. ¿El teatro también? 
—Cierto, yo ya llevo tiempo trabajando con adolescentes en materia de pedagogía teatral. Respecto a los niños, estos juegan continuamente a interpretar diferentes personajes. Suelen utilizar el pretérito imperfecto: «Íbamos en un barco, éramos unos piratas y estábamos haciendo esto...». Es fantástico. 

—¿Cuál es su siguiente proyecto? 
—Pues estreno en octubre, en Madrid, Encierros, con Lluís Basella de director. Es una obra muy bien escrita en la que también están el coruñés Denís Gómez, Mauricio Bautista y Marta Calvó, entre otros. Vamos a ensayar durante el verano y, después, dos meses en cartel.