Natalia Cid Mayo. Foto de César Quián en La Voz |
Entre los sumilleres gallegos hay una mujer que se ha ganado un puesto de prestigio a pulso. Se llama Natalia Cid Mayo (Ourense, 1978) y lleva tres años al frente de la vinoteca Montecarlo, ubicada en la calle peatonal de A Gaiteira, en A Coruña.
—¿Cuánto costaba el vino más caro que ha probado?
—No lo olvido jamás: 800 y pico euros. Era un priorato, la Ermita, de la familia Palacios, una añada especial. La abrí en mi casa con unos amigos y un cordero que me trajo mi madre de Ourense.
—A los precios que va, ¿la botella de albariño es cara o barata?
—En España todavía es muy barato consumir buen vino. En algunos países europeos, en cambio, el precio es prohibitivo.
—¿Llegará algún día el Ribeiro a situarse por encima?
—Ya está por encima del Rías Baixas. Hay algunas bodegas que, de lo bien que lo hacen, han encumbrado al Ribeiro.
—¿El mercado va a ir hacia el tinto o hacia el blanco?
—Lo marca la estacionalidad. Nunca se vende tanto blanco como en julio y agosto. Pero cada vez están entrando más los rosados, los cavas, etc...
—¿A qué se debe que cuando uno piensa en tinto, la primera palabra que le sale es Rioja?