lunes, 7 de octubre de 2013

Rosa Barreiro: "Ser del Ventorrillo te hace más fuerte"

Fotografía de César Quián para La Voz de Galicia
Rosa Barreiro Ares (Sao Paulo, Brasil, 1959) no quiere homenajes a no ser que sean para su madre o para su hermano Eduardo, fallecido hace casi un año de un infarto. A ellos, dice, les debe todo lo que es, que no es poco. Empezamos por la presidencia de la asociación de vecinos del Ventorrillo

—¿Usted es de aquí o es «venidera»?
—Al barrio llegué hace 20 años, pero aquí solo le damos valor añadido al que es de Cances, A Moura, A Silva o Penamoa. Son historia viva de la ciudad. 

—De A Silva era Pucho Boedo. ¿Qué recuerdos tienen de él? 
—Los vecinos le llaman Puchiño y hablan de él con mucho cariño. Después del parón de Penamoa, queremos recuperar los memoriales que le hacíamos. 

—Desaparecido el poblado, el Ventorrillo vuelve a ver la luz. 
—Sí, vuelve a ver la luz, pero con el mismo espíritu solidario. Aquí siempre hubo mucha sensibilidad hacia los drogadictos. 

—¿Qué gobierno local ha visto más implicado con este tema? 
—Se erradicó el chabolismo con el anterior, pero a este gobierno lo veo muy implicado. 

—¿Qué hay ahora en Penamoa? 
—Es un parque verde, totalmente abierto, como el de San Pedro. Es una maravilla. 

—¿Ya no es el barrio un «supermercado de la droga»? 
—No. Y que conste que ese nombre se lo pusimos nosotros, para que se supiera lo que había. 

(Sigue)



—¿Pero sigue habiendo bares por la zona que «pasan» droga? 
—Ahora estamos preocupados con ese tema. Hay dos bares por la ronda de Outeiro que persisten con esa situación. Uno de ellos cerró, pero el otro sigue.

—¿Le sigue tentando la política? 
—Yo soy socialdemócrata, pero cuando se trata de mi barrio, le digo, soy apolítica.

—¿Le fastidia la etiqueta de «barrio obrero»? 
—¡Si el Ventorrillo es casi residencial! Es el único barrio que puedes cruzar entero a pie: desde la guardería hasta la plaza de Salvador de Madariaga. 

—¿Cree que los movimientos vecinales están perdiendo fuerza? 
—Al menos, el mío no. Intentamos sacar adelante todas las demandas de los vecinos. Ahora nuestra mayor preocupación es el comercio, pero también queremos revitalizar Penamoa creando una aldea ecológica. Algo que vaya mucho más allá de los huertos urbanos, donde también se puedan practicar deportes como la equitación.

—¿Ser del Ventorrillo imprime carácter? 
—Ser del Ventorrillo te hace más fuerte. 

—¿Por todo lo que han vivido? 
—Sí. Por todo lo que hemos visto y vivido con Penamoa y por haber conseguido tanto sin tener nada. Sin recursos económicos hemos conseguido estar donde estamos en el fútbol sala. 

—Con un equipo en Segunda B. 
—Sí, pero todo es gracias a los jóvenes, que también hacen el esfuerzo de organizar cada año el 3x3 de baloncesto. 

—Usted es la presidenta de Futsaco, la Asociación del Fútbol Sala de A Coruña, y preside la Unión Vecinal Ventorrillo. 
—Antes de eso hicimos una liga propia que era de verdadera integración, porque también estaban los gitanos de Penamoa. 

—Sin embargo, de lo que vive usted es del golf. 
—Sí, soy la directora gerente del campo de golf de la Torre, a través de Supera, la empresa de gestión deportiva en la que trabajo. Me gusta porque permite acercar el golf a todos. Los precios son realmente económicos. 

—¿A qué barrio pertenece el Ágora, al Agra o al Ventorrillo? 
—¡Al Ventorrillo! Bueno, a ver, es de toda la ciudad, claro, pero siempre se dice que está en el Agra y eso me da mucha rabia. 

—¿A qué zona de la ciudad le tiene más envidia? 
—A Los Rosales, por sus jardines. Los veo tan bonitos... Cada vez plantan más árboles allí y ¿por qué no se ponen más aquí? Rosa Barreiro Ares (Sao Paulo, Brasil, 1959) no quiere homenajes a no ser que sean para su madre o para su hermano Eduardo, fallecido hace casi un año de un infarto. A ellos, dice, les debe todo lo es, que no es poco. Empezamos por la presidencia de la asociación de vecinos del Ventorrillo.