lunes, 14 de octubre de 2013

Ana Vázquez, presidenta de la Liga Reumatolóxica Galega: «Bromeé con el príncipe sobre mi toples en un calendario»

«Él quería ponerlo en la habitación de las infantas, pero yo le quité la idea» 
Fotografía de César Quián

Pelirroja valiente, esta actriz y terapeuta no quiere ser víctima ni dar pena. Se considera feliz, a pesar de la artritis reumatoide que le diagnosticaron a los 8 años. Ana Vázquez Lojo (Ribeira, 1969) lleva dos años intentando modernizar la Liga ReumatolóxicaGalega. Ayer fue su día. 

—Se acabó lo de asociar el reuma con la gente mayor. 
—Sí. Ya no es lo de la señora apoyada en un bastón. Es más, algunas enfermedades reumatológicas como la artritis, se dan, generalmente, en los jóvenes. Yo comencé con 8 años. Crecí con la enfermedad. 

—¿Cuánto tardó en tener las deformidades en los dedos? 
—Muy poco, mis brotes eran bestiales. Tras el diagnóstico, estuve un año entero ingresada en el hospital. Mi niñez fue como la de la serie Cuarta Planta. 

—En su Facebook dice que ya ha superado la enfermedad. 
—He superado la percepción de que estoy enferma. Si te tengo que hablar de mí, de lo último que te hablo es de la enfermedad. Aprendí a convivir con ella. 

—¿Le incomoda mostrar sus heridas de guerra?
—¡No! Cuando la gente me mira de reojo, yo les doy pretextos para hablarlo. Ayuda a comprenderlo mejor. 

—Ayudaría que algún personaje conocido se significase.  
—El guitarrista de El Sueño de Morfeo tiene una espondilitis anquilosante. Estamos seguros de que hay más, pero no lo dicen. Un empresario contrata antes a una persona que tenga una amputación que a otra con una enfermedad reumatológica. 

—Tampoco es cierto que en Galicia esto tenga más prevalencia por culpa del clima. 
—No hay ningún estudio que lo diga. Hay tantos enfermos de esto en el sur como en el norte. ¡Si hasta la Liga andaluza tiene más socios que nosotros! 

(Sigue)


—¿Será porque aquí, a lo mejor, nos cuesta más asociarnos? 
—Es una enfermedad que se esconde bastante. Hay gente que viene por la asociación a hurtadillas o que le cuesta acudir a las reuniones. 

—¿Qué le dijo a los príncipes de Asturias cuando clausuraron el Congreso de Voluntariado en A Coruña, en el año 2011? Hay una fotografía en la que están los tres sonriendo. 
—¡Ja, ja..! Me da un poco de vergüenza contarlo. Bromeé con el príncipe sobre mi toples en un calendario. Él quería ponerlo en la habitación de las infantas, pero yo le quité la idea. Le dije: ‘Cuando llegue a junio, seguro que se lo quita’. Yo les estaba enseñando el calendario de la Liga Reumatolóxica y, en el mes de junio, aparezco yo desnuda de cintura para arriba, interpretando a una sirena. 

—¿Qué canción o película ha entendido mejor su enfermedad ? 
—Canciones sobre esto no hay muchas pero películas, me gusta mucho Mi pie izquierdo. Es la historia de un chico con parálisis cerebral que solo controla su pie izquierdo. La madre, que podría ser la mía, siempre apuesta por él y al final triunfa en la vida gracias a su pie. 

—¿Qué fue de la famosa «pulsera del reuma»? 
—Hay mucho oportunista en busca de víctimas fáciles. 

—Aquella era plateada y con una bolita dorada a cada lado. Ahora han salido otras versiones. —Si fuera tan fácil como ponerte una pulsera, yo me compraba una cadena entera de pulseras. 

—Si no hubiera tenido la enfermedad, ¿cree que sería la misma persona a día de hoy? 
—No. Me habría convertido en una pija aficionada a las compras (Risas). Mi madre siempre dice que a mí la enfermedad me hizo más lista. También me incitó a que estudiase más. 

—¿Qué le decía su madre? 
—‘Si te falla el cuerpo, desarrolla más el cerebro’. Ella fue más rígida conmigo que con mis cuatro hermanos. Me paso la vida buscando estrategias para conseguir hacer lo que no puedo hacer. 

—¿Y qué no puede hacer nunca por culpa de la enfermedad? 
—Subir o bajar escaleras, por ejemplo. Y tengo pánico a caerme porque no me puedo levantar sola. Me quedaría como una ‘tortuguita panza arriba’, como dice mi marido. (Risas) 

—Como enferma crónica, ¿qué piensa del copago hospitalario? 
—Nos preocupa y nos alarma que nos puedan quitar después los tratamientos biológicos. Llevamos años luchando por la creación de unidades de reumatología pediátrica, que no existen en ningún hospital de Galicia. Otras autonomías ya las tienen.