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lunes, 17 de diciembre de 2012

"Los muertos te obedecen y cambian el rostro si se lo pides"

María Rosa Mouriño, única mujer propietaria de una funeraria en A Coruña

Rosa Mouriño, en el tanatorio Génesis. Gustavo Rivas















Nombre completo: María Rosa Mouriño Naviera
Lugar y fecha de nacimiento: Herves, 1936
Profesión: Dueña del tanatorio Génesis con sedes en A Grela y Guísamo
Empleados: Once, incluidos su marido y dos de sus hijas
Familia: Tiene tres hijas y siete nietos.

María Rosa habla de los muertos como si estuvieran vivos. Tal es el respeto con el que maquilla y viste a los difuntos. Conversamos en la funeraria Génesis, en donde recuerda sus duros comienzos a los que se enfrentó con un carácter indomable. "Me pusieron apodos como la dama de hierro. Tuve que pelear con mucha gente para abrir el tanatorio". Pese a esa lucha y a la proximidad de la muerte, María Rosa exhibe un sano sentido del humor: "Les tengo prohibido a los empleados que le llamen fiambre a los muertos". Ante todo, "delicadeza y respeto". 

-¿Cómo acaba uno al frente de una funeraria?
-Porque una de mis hijas se casó con un chico cuyos padres tenían una funeraria. Todo el mundo le tiene como miedo o pánico a los muertos pero yo no. A mí los muertos me merecen más respeto que los vivos. A los muertos les hablas y no te contestan, pero te obedecen. O te cambian el rostro cuando se lo pides, aún después de muertos.

-¿A los muertos les cambia la cara?
-Yo lo tengo muy comprobado. Y si tienen las manitas mal puestas, les llamo por su nombre, les agarro las manos y les digo cómo deben de ponerlas. Todo con mucha delicadeza, claro.