Cristina Sanmartín, cazadora y presidenta de la asociación Amigos dos Cans de Caza de Galicia
Cristina Sanmartín. Foto de Ángel Manso |
-¿De dónde le viene a usted la afición a la caza?
-Mi padre es cazador y amante de los perros. Desde siempre hemos tenido canes de caza en casa. O tienes a alguien que te lo inculca un poco o, sino, esto no te sale.
-Creo que su padre es un mito dentro de este mundo.
-Sí, fue campeón del mundo en la modalidad de San Huberto, pero esto no es algo que salga en las noticias. De hecho, se disputó el torneo en Italia y cuando volvió no había nadie en el aeropuerto esperándole para pedirle un autógrafo (risas). Solo estábamos su mujer y sus hijas con una bandera de Galicia.
-¿En su casa se comen lo que cazan?
-Sí, siempre. Se guarda toda la caza de temporada en temporada. Nuestro congelador está siempre lleno de perdices y liebres.
-Lo que pasa es que las piezas no aparecen de repente como en la carnicería. ¿A quién le toca la incómoda labor de desplumar las perdices y despellejar las liebres?
-Casi siempre lo hace mi padre pero bueno, mi madre le ayuda. A mi padre siempre le digo: "Trae liebres, no traigas perdices, que con las liebres acabamos antes..!".
-¿Le parecen suficientes las medidas de seguridad en las batidas con dos cazadores muertos y dos heridos en lo que va de temporada?
-Lo que hace falta es más precaución y conciencia. Hay normas que a veces no se cumplen. Es imprescindible el uso del chaleco, no te puedes mover del sitio, utilizar el seguro de la escopeta, no disparar a ciegas...
-Casi todos los cazadores se declaran firmes defensores de la naturaleza pero sus principales detractores son los ecologistas. ¿Cómo se explica esto?
-Entiendo que pueda parecer una incongruencia. Precisamente yo tardé mucho en meterme en esto porque lo que no me gustaba era tener que matar la caza. Pero al final lo he llegado a entender perfectamente. Cuando ves el trabajo de los perros, parece que si no llegas hasta el final, no tiene sentido para ellos.
Cristina Sanmartín se inició en la caza de competición a los 29 años. Ahora, esta ingeniera técnica de profesión ha hecho un pequeño parón en su afición para atender a su hija recién nacida en la localidad de Sada, donde vive, mientras trabaja como técnico de control en la empresa de recogida de basuras del Consorcio, en Guísamo. Desde hace tres años preside el club de Amigos dos Cans de Caza.
-¿Cuánto puede llegar a costar un perro de caza?
-Mucho, hasta 6.000 euros o más. Aunque lo habitual son 600 euros.
-¿Qué palabra le dice al can para que le traiga la pieza?
-Yo le digo "Cobra". Hay quien dice "Porta", "Ve" o "Trae". Es lo que se suele decir. La perdiz tiene que estar muerta. Nunca debes dejar un pieza herida. Es importante que esté bien muerta, no dejarla sufrir.
-¿Cuáles son las razas más indicadas?
-Esta modalidad se hace con "perros de muestra", que se les llama así porque "te muestran la caza". Las que más se utilizan son los pointer y los setter o el bretón. También el braco alemán o el dracar alemán.
-Hay algunos colectivos contrarios al uso de perros en la caza tanto por el trato que se les da como por el abandono de los animales cuando ya no le sirven al cazador.
-Para muchos el perro es un herramienta de trabajo pero todos los cazadores que conozco quieren a sus animales y los tratan bien. De hecho, hay alguno que le tiene más cariño a su animal que a su parienta (risas).
-¿Usted no ve que eso pase entonces?
-Hay de todo, hay gente muy salvaje pero no es una práctica habitual. Yo no conozco a nadie que abandone a su perros. Antes a lo mejor se hacía más. Ahora ya no es así.
-Los veterinarios dicen que tienen poco público de caza y que los perros acaban la temporada con las patas destrozadas.
-A veces se abusa un poco. Tampoco el perro es capaz de dosificarse, lo da todo. Si no están muy entrenados, lo pasan mal sobre todo al comienzo de la temporada. hay que entrenar a los perros todo el año para que no estén fuera de forma ni gordos.
-Lo que hace falta es más precaución y conciencia. Hay normas que a veces no se cumplen. Es imprescindible el uso del chaleco, no te puedes mover del sitio, utilizar el seguro de la escopeta, no disparar a ciegas...
-Casi todos los cazadores se declaran firmes defensores de la naturaleza pero sus principales detractores son los ecologistas. ¿Cómo se explica esto?
-Entiendo que pueda parecer una incongruencia. Precisamente yo tardé mucho en meterme en esto porque lo que no me gustaba era tener que matar la caza. Pero al final lo he llegado a entender perfectamente. Cuando ves el trabajo de los perros, parece que si no llegas hasta el final, no tiene sentido para ellos.
Cristina Sanmartín se inició en la caza de competición a los 29 años. Ahora, esta ingeniera técnica de profesión ha hecho un pequeño parón en su afición para atender a su hija recién nacida en la localidad de Sada, donde vive, mientras trabaja como técnico de control en la empresa de recogida de basuras del Consorcio, en Guísamo. Desde hace tres años preside el club de Amigos dos Cans de Caza.
-¿Cuánto puede llegar a costar un perro de caza?
-Mucho, hasta 6.000 euros o más. Aunque lo habitual son 600 euros.
-¿Qué palabra le dice al can para que le traiga la pieza?
-Yo le digo "Cobra". Hay quien dice "Porta", "Ve" o "Trae". Es lo que se suele decir. La perdiz tiene que estar muerta. Nunca debes dejar un pieza herida. Es importante que esté bien muerta, no dejarla sufrir.
-¿Cuáles son las razas más indicadas?
-Esta modalidad se hace con "perros de muestra", que se les llama así porque "te muestran la caza". Las que más se utilizan son los pointer y los setter o el bretón. También el braco alemán o el dracar alemán.
-Hay algunos colectivos contrarios al uso de perros en la caza tanto por el trato que se les da como por el abandono de los animales cuando ya no le sirven al cazador.
-Para muchos el perro es un herramienta de trabajo pero todos los cazadores que conozco quieren a sus animales y los tratan bien. De hecho, hay alguno que le tiene más cariño a su animal que a su parienta (risas).
-¿Usted no ve que eso pase entonces?
-Hay de todo, hay gente muy salvaje pero no es una práctica habitual. Yo no conozco a nadie que abandone a su perros. Antes a lo mejor se hacía más. Ahora ya no es así.
-Los veterinarios dicen que tienen poco público de caza y que los perros acaban la temporada con las patas destrozadas.
-A veces se abusa un poco. Tampoco el perro es capaz de dosificarse, lo da todo. Si no están muy entrenados, lo pasan mal sobre todo al comienzo de la temporada. hay que entrenar a los perros todo el año para que no estén fuera de forma ni gordos.
-¿Hay mucho machismo en el mundo de la caza?
-Nunca me sentí discriminada. Al contrario, los hombres nos animan bastante a que participemos Casi todas somos hijas o mujeres de cazadores. Las diferencias que veo son por parte de la Federación. Por ejemplo, en la modalidad que yo practico, la de San Huberto, el premio masculino es bastante más cuantioso que el femenino. Se escudan en que la participación de las mujeres es mucho menor, pero no deja de parecerme injusto.
-¿Qué le parecen las monterías femeninas?
-No lo veo bien. Un femenismo muy radical separa, no integra. Me gustaría que en las competiciones oficiales de San Huberto, que es a lo que yo me dedico, fuésemos todos juntos. No hay ninguna diferencia entre lo que pueda hacer un hombre y una mujer. Competimos al mismo nivel.
(Entrevista escrita por Loreto Silvoso y publicada en La Voz de Galicia el 9 de diciembre del 2012)
-Nunca me sentí discriminada. Al contrario, los hombres nos animan bastante a que participemos Casi todas somos hijas o mujeres de cazadores. Las diferencias que veo son por parte de la Federación. Por ejemplo, en la modalidad que yo practico, la de San Huberto, el premio masculino es bastante más cuantioso que el femenino. Se escudan en que la participación de las mujeres es mucho menor, pero no deja de parecerme injusto.
-¿Qué le parecen las monterías femeninas?
-No lo veo bien. Un femenismo muy radical separa, no integra. Me gustaría que en las competiciones oficiales de San Huberto, que es a lo que yo me dedico, fuésemos todos juntos. No hay ninguna diferencia entre lo que pueda hacer un hombre y una mujer. Competimos al mismo nivel.
(Entrevista escrita por Loreto Silvoso y publicada en La Voz de Galicia el 9 de diciembre del 2012)