Foto de César Quián |
—¿Cuanta más edad, más te ningunea la sociedad actual?
—Sí. El ejemplo más claro es el de las prejubilaciones. Las empresas prefieren a las personas por la edad y no por la experiencia. Siempre priman los criterios económicos.
—A nuestros mayores no nos paramos ni a escucharles.
—Ni les respetamos como deberíamos. A las personas mayores no se les da la dignidad que requieren los años. En las sociedades más antiguas, la edad era un grado. Eso se ha perdido.
—¿Cuánto de sénior hay que ser para estudiar aquí?
—Puedes matricularte a partir de los 50. Hubo unos años con muchas prejubilaciones a los 52 y se decidió bajar la edad de entrada, pero casi todos los alumnos están entre los 64 y los 70 años. El mayor tiene 85.
—Así que todo quisqui alarmado con el envejecimiento de la población y, en cambio, ustedes felices porque así tienen más alumnos. ¿Me equivoco?
—[Risas] Este año tuvimos muchas más solicitudes (180) que plazas (120). Y ni siquiera hubo que promocionarlo.
—Habrá menos dinero para campañas de publicidad.
—Nosotros nos autofinanciamos con las tasas de los alumnos, que son 108 euros al año. Y estudiantes no nos faltan, excepto en Ferrol, pero ahí nos echa una mano el Concello. Los profesores cobran un sueldo simbólico y la Universidade da Coruña se encarga de los gastos corrientes.
—¿Me está diciendo que aquí no han llegado los recortes?
—En lo que se refiere al presupuesto, un poco. Y luego, como a todos, además de bajarnos el sueldo, nos han ampliado las horas de clase. Así que tenemos que trabajar más y cobrar menos.
(Sigue...)