lunes, 4 de febrero de 2013

“Melanie Griffith me compró un abrigo”

Pilar Varela Mallo, dueña de las tiendas “Pilar y Carmen” de A Coruña

Pilar Varela. Foto de Gustavo Rivas
Con dos tiendas en la calle Real y otras dos en la Plaza de Lugo, Pilar Varela demuestra con hechos que de esta se sale. A ella le va bien. Con matices, pero con optimismo. “Reconozco que no vendo lo que vendía, pero mantengo mi clientela. La señora que compraba cuatro, ahora compra dos, pero sigue comprando”.
-Confiéselo, ¿cada cuánto va usted a un centro comercial?
-Si exceptuamos El Corte Inglés, le diría que casi nunca. Y no comparto el argumento de que son la solución para cuando hace mal tiempo. En A Coruña llovió toda la vida y toda la vida se fue de compras por el centro.


-¿Aquello de cubrir la calle Real con una cúpula fue una idea peregrina o usted le dio alas al asunto?
-Yo creo que habría sido una buena idea. De hecho, en varias ciudades europeas hay calles comerciales cubiertas que funcionan muy bien.
-Lleva desde 1991 en el número 9 de la calle Real. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
-Sigue siendo una de las calles más importantes de la ciudad. Ningún centro comercial tiene el movimiento de gente que tiene la calle Real a cualquier hora del día. Es la única que siempre está abarrotada de gente. Sigue siendo la esencia de A Coruña. 
-Pero le han salido competidoras. ¿Qué tiene la plaza de Lugo para ser la nueva milla de oro?
-Pues no lo sé, porque para mí la reforma del mercado ha sido un error garrafal. Yo habría colocado puestos abiertos alrededor de la plaza y zonas de tapeo, por ejemplo.
-Pues mientras otras zonas languidecen, la plaza de Lugo está en apogeo. ¿Qué pasa, que si no hay un Zara cerca la cosa no funciona?
-Hoy por hoy, la fuerza de Inditex es inmensa, crea vida alrededor. Pero yo cuando abrí Pilar y Carmen en la calle Padre Feijoo en el año 1999 no había nada y me fue bien. Esto se mueve por modas.
-¿Quién es la clienta más famosa que ha pasado por su tienda?
Muchas. Las actrices que actúan en el teatro Colón vienen a menudo por aquí. La propia Melanie Griffith se compró un abrigo blanco cuando estuvo en a A Coruña en el año 2008. Tenemos una foto con ella. Fue encantadora. Ella venía buscando un abrigo porque tenía frío yel que eligió, que era de fabricación gallega, se lo llevó puesto.
-Cuenta el humorista Rober Bodegas que, cuando era pequeño, su madre le compraba ropa para ir a comprar ropa al Corte Inglés. ¿Esto sigue siendo así?
-Sí. La gente se arregla para ir de compras, pero eso es lógico. La señora que va a probarse un abrigo, mejor será que se lo vea con un buen vestido encima que con calcetines, ¿no?
-¿Los cruceristas compran o no compran, que parece que hay opiniones diferentes?
-Olvídate. Yo probé muchísimas veces. Un domingo que se juntaron tres barcos, dejé las tiendas abiertas y no vendí nada. La mayoría de los cruceristas entran y salen de todas las tiendas pero no hacer más que picotear en algún Zara, algún souvenir en el chino y poco más. Además, usted cree que si vendiésemos, ¿íbamos a cerrar?.
-¿Las rebajas de este año fueron un lío con eso de que cada uno podía empezarlas cuando quisiera?
-Sí, fue un caos. Al consumidor se le lía.

Lo primero que uno ve cuando entra en Pilar y Carmen (Padre Feijoo, 11) son los vaqueros Liu Jo, que causan furor entre las jóvenes porque adelgazan la figura: “Los vendemos como rosquillas”, dice Pilar Varela.
-¿Quién es la Carmen de “Pilar y Carmen”?
-Es mi hija. Es curioso pero, todas mis tiendas tienen nombre de mujer. Lady Marina se llama así por mi madre. Por cierto, que en esa tienda tenemos tallas de la 38 a la 58. Y no solo para señoras. No sabes la cantidad de chicas jóvenes que no encuentran ropa de su tamaño en las tiendas de moda.
-Dicen que usted ha hecho un reagrupamiento de las mejores vendedoras de A Coruña.
-Sí, porque cerró Pascual y me quedé con cuatro de sus empleadas; cerró Lanas Maruja y me quedé con otras cuatro; y acaba de cerrar Atémpore, me llamó Lolita Pascual, y me acabo de quedar con una de sus vendedoras. En total somos unas veinte personas. 
-Si a una clienta le queda mal una prenda, ¿se lo dice o se lo calla?
-¡Se lo digo! Toda buena vendedora tiene que ser muy honesta con la persona que tiene delante. Nunca debe mentir.
-¿A qué le suena el nuevo concepto profesional de “personal shopper” o “asesor estilístico”?
-Pero, por favor, ¡si eso es lo que llevo haciendo yo toda mi vida! Hay clientas a las que les hacemos un planning en un papel: “Esta chaqueta va con esto y este pantalón con esto otro”. Además, cualquiera de mis vendedoras, solo con ver a la persona, ya saben cuál es su talla. No les hace falta preguntarlo.
-El comercio acumula 30 meses de caída en las ventas y desde 2007 ya van 15.000 establecimientos cerrados en Galicia. ¿Alguna solución para semejante desaguisado?
-Es un momento complicado, pero lo pasaremos. Creo que los propietarios de los locales deben bajar aún más el precio de sus locales. Seguimos teniendo un poco desmadrados los precios. ¡Es que llegó a haber locales de dos millones y pico de pesetas al mes! Fue una locura.
¿El clima influye a la hora de comprar?
Muchísimo. El día que llueve, quieren gabardina; y el día que hace sol, quieren tirantes.

(Entrevista escrita por Loreto Silvoso y publicada en La Voz de Galicia el domingo, 3 de febrero del 2013)